Por: Carlos Andrade y Evelyn Paz.
Como parte del crecimiento
del movimiento Cannábico en el Ecuador y de las expresiones artísticas y
sociales alrededor de los distintos tipos de uso que tiene la planta, el
director ecuatoriano Daniel Varela nos entrega en su ópera prima, Ecuatorian
Shetta. La primera película nacional que cuenta una historia que gira alrededor
del consumo de la marihuana desde la relación cotidiana que tenemos con la
substancia.
El tratamiento
narrativo que parte desde la comedia, género aún poco explorado en la gran
pantalla nacional, es un giro interesante frente a un tema en el que pesa el
tabú del narcotráfico y los miedos de una sociedad que hace rato perdió la
batalla por el control del consumo del cannabis, y que de hecho, poco a poco se
va abriendo frente al masivo consumo en ciudades como Quito, Cuenca, Santo Domingo,
Loja, Manta o Guayaquil.
Así la comedia
ambientada en Quito recoge una realidad silenciada pero evidente, entregándonos
una caracterización de este vibrante momento por el que pasa la lucha por la regulación
del consumo la marihuana, y que en la ciudad capital es cada vez más fuerte por
el compromiso de los cultivadores, los fabricantes de aceites y medicinas, así
como de un movimiento de consumidores consientes que conocen y ejercen sus
derechos.
Como Ecuador Cannábico
esperamos que a partir de la cultura, del desarrollo de las propuestas
artísticas, empecemos a ver con naturalidad las elecciones que las personas
realizan en cuanto a la construcción de su personalidad, así como de sus gustos
y exploraciones. Estamos en un momento en donde una comedia es una herramienta
importante para visibilizar a quienes fumamos marihuana, que no somos distintos
a quienes no lo hacen, que somos jóvenes, adultos, personas de la tercera edad,
gente de todo tipo de ámbitos y merecemos el mismo respeto que cualquier otra
persona que ejerce sus derechos en libertad.